¿Cómo añadir elementos vintage y retro a tu hogar?

El vintage parece ser una constante cuando hablamos de tendencias en la decoración de interiores. Claro está que este concepto es muy amplio, ya que son elementos que, sin ser antigüedades propiamente, pertenecen a otras épocas, pero no a una en concreto, lo cual permite bastante juego a la hora de decorar.

Otro concepto interesante es el de “retro”; objetos que están fabricados ahora, pero que imitan o se inspiran en la estética de tiempos anteriores. En ambos casos, pueden tener un hueco e incluso protagonismo en tu vivienda. Veamos algunos ejemplos.

Cartelería

¿Cansado de los clásicos cuadros o retratos que pueblan el comedor y las habitaciones? Los carteles de eventos o producciones antiguas pueden ser una gran solución. Darán una potente personalidad a la casa y reflejarán gustos y filias personales. Pueden ser de películas que te han marcado, de conciertos de grupos de antaño, de grandes eventos de otras épocas y muchos más ejemplos.

En este caso, el tamaño importa, ya que los carteles acostumbran a ser grandes y tienen una presencia indudable donde se colocan. Es una buena idea que estén “despejados”, es decir, que el marco sea mínimo; una buena idea es una barra de sujeción de madera o aluminio y metacrilato para situarlo.

Juegos de siempre

Podemos añadir un toque lúdico, pero relevante, al diseño del hogar. Existen innumerables elementos que nos ayudarían en este objetivo. Entre ellos, las míticas máquinas de arcade de los años 70, que introducen un elemento electrónico de 8-bits que sorprenderá a todas las visitas. ¿Y qué hay de las coloridas máquinas de pinball, capaces de trasladarnos a una experiencia icónica?

Otro punto interesante son las mesas con tapete para juegos de cartas, accesorio imprescindible en las partidas de póker que hoy también están disponibles en el entorno online. El lugar de destino de este mobiliario puede encontrarse en la sala de estar, pero también podría darle un brillo especial a nuestro despacho.     

Una visión futurista para el presente

Quién no recuerda aquella decoración “ochentoide” que quería adelantarse al futuro, con formas casi espaciales y tonos blancos, rojizos o anaranjados. Aunque no hayáis vivido esa década, os será familiar por las películas y algunas colecciones de muebles de años más recientes que las imitan. Pero en muchos mercadillos y webs se pueden encontrar modelos originales, que aportan singularidad a los entornos hogareños.

Mesa y sillas

Nos referimos a lámparas, sofás, armarios lacados y otros tantos ejemplos. En este caso, la clave está en la mesura y la integración con otros elementos: tienen que resaltar, pero no copar todo el entorno ni verse demasiado aislados. Una opción es crear un espacio más temático, con otros objetos de esta década.  

Almacenamiento original

Estamos demasiado acostumbrados a encontrar prácticos y modernos sistemas de almacenamiento, en muchos casos, provenientes de fabricantes nórdicos, con materiales actuales. ¿Por qué no dar un paso atrás y priorizar la personalidad de este mobiliario? Un baúl antiguo, de madera colonial puede hacer ganar estilo a una estancia completa. Incluso unas maletas como las de los viajeros de los 50 y los 60.

Tal vez no sean tan prácticos como los de PVC actuales, pero irán mucho más allá de su función primaria para conseguir un estatus propio. Las estanterías nobles también merecen su relevancia, con listones gruesos y vistosos que resalten su presencia, independientemente de lo que contengan, ya sean libros, objetos decorativos, retratos, etc. En vez de sostenerlos, lo elevan a otra categoría.   

También en la cocina

Sí, lo sabemos, la cocina debe tener un componente funcional, higiénico, práctico. ¿Elimina esto la posibilidad de darle un toque retro? No tiene por qué. Los accesorios aportan un concepto sensorial y nostálgico cuando los situamos con gracia. Es el caso de los botes de especias de cerámica, con motivos grafiados. O algunos artilugios eléctricos como decoración (la yogurtera, sin ir más lejos).   

Para acabar de darle el punto definitivo, ¿qué tal unas sillas de cocina con unas líneas propias de los 70? ¿Y una mesa de fórmica con colores pastel? Las posibilidades son amplias y variadas y dejarán sin palabras a los invitados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *